Perfección

Maldita perfección, adversario insolente, sinvergüenza que osa imponer sus dominios más allá de cualquiera de sus fronteras. Aquellos ojos claros, fijos, helados, intolerantes, aquellos dedos que señalan la más pequeña de las taras, que vierten todo tu esfuerzo en la orilla del mar del olvido.

Maldita perfección, que te observa con desprecio y destiñe todos y cada uno de tus logros, que escupe sobre la creación, que insulta a todos los transúntes de tus calles. Un fantasma que te acecha y te persigue, que te susurra al oído y grita sin descanso tu ineptitud a pleno pulmón.

No es guía, no es luz, es la nada, es el ser despreciable que te obliga a mirar como te tortura, que disfruta observando el vacío, que huele el miedo, que te ataca con instinto mordaz, instantáneo, sin piedad.

Huíd, insensatos, va a destruir todo cuanto encuentre en su camino lleno de azar; haciendo lo que yo os digo y no lo que yo hago.

“Junky Star”
Ryan Bingham
Junky Star (2010)